martes, 19 de julio de 2011

RESCATE DE TRADICION ORAL ELDORADO SINALOA

INES ARREDONDO - HISTORIAS PERDIDAS


Siempre desee que lo que hablo no fueran historias sino existencia, que tuvieran la inexpresable ambigüedad de la existencia.


Inés Arredondo

                     Conocí a Inés Arredondo…y ella me favoreció con su amistad.


                                                                                                         
Inés Arredondo dijo y escribió:


"Deseo que sigas buscando, con formas quizá nuevas, lo mismo que he buscado hasta ahora, con el propósito de que esa búsqueda se dé en otros terrenos..
los de mi pueblo
ELDORADO
que ha dominado casi por entero mi obra.

Me es muy difícil especificar cuales son mis aspiraciones y aunque tengo la esperanza de que se traduzcan en alguno de mis cuentos, intentaré plantear, con la mayor brevedad posible, las preocupaciones que les dan origen”.
"Quisiera que en mis historias, más allá del relato, de los hechos que se suceden en el marco del espacio y el tiempo ficticios, hubiera alguna grieta, un espacio que comunique al narrador y al lector que con él colabora, al adentro en el que se produce el misterio, usar como instrumento lo que se relata para encontrar el otro lado de lo mismo para que tenga diferente sentido, tan real como desconocido, que dé luz, que sea una señal.
No creo que ésta búsqueda lleve con frecuencia a signos alegres o positivos pero aspiro a que den a los planos de las historias contadas y que vivimos, un hálito de trascendencia inmanente.
―Yo no quiero interpretar, yo quiero que libremente el lector sienta algo ante esta historia, por eso hablo de trascendencia.
No hablo de una trascendencia celeste sino inmanente,
quiero que el lector reciba algo más
de lo que yo le estoy ofreciendo.
Si se cumple soy feliz, si no se cumple me da mucha tristeza

Este

es el planteamiento que ella consideraba peligroso

Voy a  hablar de lo otro, de lo que generalmente se calla, de lo que se piensa y lo que se siente cuando no se piensa.
Quiero decir todo lo que se ha ido acumulando en un alma provinciana que lo pule, lo acaricia y perfecciona sin que lo sospechen los demás.
Tú podrás pensar que soy muy ignorante para tratar de explicar esta historia que ya sabes pero que, estoy segura, sabes mal.
 

La historia de: los origenes de Eldorado,Cln. Sinaloa 
Mas de alguno de ustedes no ha tratado, siempre, de saber que significan, juntas en el mundo las cosas inexplicables, las cosas terribles, las cosas dulces.
No has tenido que renunciar a lo que se llama una vida normal para seguir el camino de lo que no comprendes, para serle fiel.
No has luchado de dia y de noche, para aclararte una palabras: 
Tener Destino.
Yo tengo destino, peo no es el mio. Tengo que vivir la vida conforme a los destinos de los demas.
Soy la guardiana de lo prohibido, de lo que no se explica, de lo que da verguenza y de lo que me toco ser parte, de lo que tenia que quedarse aqui, para guardarlo, para que no salga, pero tambien para que exista.

Por medio del uso estetico de la palabra escrita.





" La palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla."

Para que exista y el equilibrio se haga

Para que no salga a dañar a los demas

Estos son solo fragmentos de una realidad transportada a creacion por medio de una tradicion oral.

Historias perdidas

" Durante bastante tiempo acaricie este proyecto"

" Como continuar con mi trabajo literario "
Es una apreciación por la dicotomía de la vida;  el contraste entre la luz y la obscuridad, del Bien y del Mal, con la conciencia de que no existe una sin la otra.
La idea de que los juicios y valores asignados comúnmente a lo distinto a la otredad, no son necesariamente ciertos. 


Estas son solo historias que yo escuche, y trato de recordar. durante su estancias esporadicas en nuestra humilde casa.



Cómo se verá, aunque con excepciones, el centro de estas historia es el:


Pueblo de Eldorado,
sus circunstancias y sus sentimientos





Ines Arredondo
Elegir la infancia es, en nuestra época, una manera de buscar la verdad, por lo menos una verdad parcial. Ya no orientamos nuestras vidas hacia el merecimiento de un paraíso trascendente, sino que damos trascendencia a nuestro pasado personal y buscamos en él los signos de nuestro destino.


Al interpretar, inventar y mitificar nuestra infancia hacemos un esfuerzo entre los posibles, para comprender el mundo en que habitamos y buscar un orden dentro del cual acomodar nuestra historia y nuestras vivencias.


Esta es la historia de mi infancia. Así la viví y aún la vivo. Completamente. Fue como un sueño, casi como un sueño.


Es por eso que he podido vivir.

Algunas veces me he preguntado

¿En la actualidad qué fantasmas deambularán por las calles de:


El Dorado. Sinaloa



Este pueblo azucarero en donde transcurrió la infancia de:

Inés Arredondo

O, por lo menos, la infancia que, como ella ha dicho, eligió.

Es muy probable que sobre el ardiente asfalto del verano caminen esos seres pervertidos y grotescos de los que la escritora sinaloense nos habló en sus cuentos;

Porque en su literatura, Inés supo volcar sus demonios internos, penetrar en el subconsciente y ahondar en el alma humana en busca de una verdad universal, despojándose de prejuicios y temores, para enfrentarnos a nosotros y a la abrupta ruptura de eso que llamamos valores.

En los cuentos de

Inés Arredondo.

Existe una lucha del espíritu en contra de sí mismo, pero también en contra de ese medio asfixiante que es la sociedad, en contra de las voces opresivas y conservadoras de una provincia contradictoria, oscura y luminosa, al mismo tiempo inocente y pervertida. Y es en esta ambigüedad donde reconocemos la voz de la narradora, una voz a la que debemos aferrarnos para no perdernos en el misterio de sus historias y personajes, para no quedar atrapados en lo no dicho, en las imágenes inaprensibles que nos presenta y poder salir a la superficie, para reconocernos en la otredad que es ella misma, y que somos nosotros, como lectores.

Los personajes, esos espectros del alma de;

Inés Arredondo
Se declaran a sí mismos en un infierno transitorio, exorcizan sus almas y la del lector, las liberan de cualquier atadura para emprender el camino del autoconocimiento y llegar a la infinitud, ese preciso instante que antecede a la muerte y en el que todavía se es real, ese soplo de vida donde el bien y el mal se conjugan en el único territorio posible, el de la literatura auténtica y ferviente.
Mi infancia es fundamental, lo es para todos, pero la mía fue muy especial. Fue al lado de hombres creativos y en cierto modo artistas
Esa patria infantil tiene lugar en Eldorado
(Entre el mar y la margen norte del río San Lorenzo)
Un lugar que es resultado de la voluntad y el trabajo, de la fortaleza capaz de hacer posible ese viejo sueño de la tierra prometida





“Eldorado fue creado, construido, árbol por árbol y sombra tras sombra. Dos hombres locos, padre e hijo, en dos generaciones, inventaron un paisaje, un pueblo y una manera de vivir. Mi abuelo fue cómplice de los dos, y trazó y sembró con sus manos las huertas que yo creí que habían estado allí siempre. Él ayudó con toda su vida a lograr la realidad inventada que yo viví. Y que fue hecha para eso, para vivirla…En Culiacán, en la escuela y con mis padres, me sentía incrustada en una realidad ajena, que me parecía informe.
En cambio en Eldorado, la existencia de un orden básico posibilitaba ser una persona armónica en el momento en que se aceptaba ese orden.


ELDORADO


Yo no conocí Eldorado.


No Eldorado real, que es el que parece de fantasía, con su vida social, sus peculiares costumbres y sus rituales.

De eso únicamente he oído hablar. Algo que me diera una idea de ello lo vi solo una vez, apenas un escenario.


Fue una tarde, en el pórtico de;


La Casa – Hacienda.


Enfrente estaba el enorme jardín con sus prados llenos de rosales con flores inmensas, dobles, triples apretados entre otras plantas desconocidas para mí y que nunca he vuelto a ver. Por los senderos de tierra pujaban su orgullo los pavorreales, con sus abanicos espectaculares brillando como joyas iluminadas por el sol denso de la tarde. Las guacamayas, las cacatúas, lo periquitos australianos (rosados, verdes, azules, amarillos) gritaban a lo lejos en sus inmensas jaulas. Los flamencos, probando a hacer signos con sus cuellos, no perturban a un ibis fascinantemente inmóvil junto al estanque.


Me llevaron a ver el tercer piso de la casa; estaba todo, todo, cerrado con alambradas y completamente lleno de pajaritos de todas las especies, colores y países. Todo era armonía y confusión: unos cantaban, otros piaban, otros volaban, se posaban, se posaban en los angostisimos travesaños y ensayaban coquetas posturas de la cabeza.

Los mire largamente y luego me eche a reír. Cuando bajé


Don Alejandro Redo


Me levanto en brazos y me sentó en su muslo izquierdo.

Solo recuerdo unas palabras suyas:


Tú eres la reina de los Guayabales


No había propiamente guayabales. El se refería al sin numero de guayabos que bordeaban los caminos de

Eldorado,


Sin olvidar el más pequeño ni el más insignificante; de trecho en trecho había letreros que decían

”Caminante, la fruta es tuya no maltrates los arboles”


Y aunque el que pasaba no supiera leer, el mandato se cumplía. Luego me veo, de nuevo sentada en un escalón, mirando embobada el jardín increíble, y más lejos la sombra compacta de la huerta. Don Alejandro mando que me trajeran fruta, y en una jícara michoacana, que yo vi descomunal. Pusieron a mi lado, piñas mangos, lichis, caimitos, cuadrados, frutas que no toque y luego supe que fueron traídas, de la India, de China……En realidad hasta después me fui enterando de muchísimas cosas.


Esa tarde nada mas mire, debo de haber tenido un poco más de tres años.


Los sueños realizados siempre están sostenidos por un dolor, por una tragedia


La maravilla que vi estaba sustentada por la sangre de mi abuelo Encarnación, derramada el 20 de febrero de 1925 cuando los hacendados huyeron al extranjero y él se quedo encargado de la hacienda.

Tendría yo cuatro años cuando escuche que:


Don Alejandro Redo


Había muerto. Su padre había sido un español que llego a nuestras tierras no para buscar si no para crear y dar existencia a mitos. Muchos lo buscaron por toda América, pero solo yo me senté en Eldorado, en el muslo izquierdo de Eldorado.


Después, un odio fratricida termino en unos días con la Casa – Hacienda.


Los pájaros fueron regalados o echados a volar. Cualquiera podía entrar y sacar todo lo que quisiera. Mis padres decidieron ser parcos; 50 pares de periquillos australianos, una guacamaya y una pareja de cacatúa. Mis abuelos adoptaron unas plantas de papayos enanos, creo que japoneses, periquitos algunos rosales, unas plantas de morera para enseñarnos como se crían y desarrollan los gusanos de seda, y una mata de café. Nada de muebles o vajillas u otra cosa cualquiera.


La casa fue totalmente abandonada. El nuevo dueño de la Hacienda construyo un estilo californiano en otra huerta.


Pero siguió existiendo El Callejón Viejo, bordeado de bambús gigantescos que se juntaban arriba haciendo un túnel, una nave gótica.


Estaban las huertas, con su misterio, en la que uno comía y podía llevarse a su casa todo lo que pudiera sin pagar un centavo, estaban mis guayabales. Se podía galopar libremente por todos los hermosos caminos, pedir por favor a un peón una caña pelada por que se tenía sed, bromear con él y ser inmensamente feliz.

Es cierto que

Eldorado Sinaloa


Se localiza fácilmente en los mapas. Entre el Sur y el Poniente forma una cuña con el rio

San Lorenzo

Rio padre que rego las tierras que fueron de mis antepasados, en el que al tirar “chinitas”, donde me bañe y en el que encontró la muerte mi hermano Francisco cuando tenía 21 años, y más allá del mar


“Oh amado mar por cuyas playas desiertas cabalgue en algunas claras noches de verano “.


Si, en los mapas existe, existe sin Casa- Hacienda; sin bambúes, con uno que otro viejo guayabo en los caminos, con el San Lorenzo represado, con las huertas a punto de extinguirse; un pueblo feo más.


Seria largo y doloroso contar su decadencia.

Yo solamente puedo asegurar una cosa:



NO VOLVERE

NUNCA

                          




                                
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                                 .
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          Esto ocurre cuando el hombre aleja Dios de su camino

MATA A SU MADRE Y TRES HERMANOS.

SINALOA, OCTUBRE 31 (2011).- Un joven de 19 años, quien presuntamente asesinó a su madre y tres hermanos menores, fue detenido, indicó la Procuraduría General de Justicia del Estado.
La Fiscalía informó que Mario Alberto Coyotl Vidaña cayó en contradicciones al realizar una reconstrucción de hechos en el domicilio. En un principio, el joven acusó a su padre, Gabino Coyotl Martínez, de haber realizado el multi-homicidio.
Señaló que a él su propio progenitor se lo había llevado secuestrado. Ante el Ministerio Público y asistido por su defensor, Mario Alberto declaró que el domingo 23 de octubre, desde las 9:00 hasta las 18:00 horas, estuvo consumiendo cerveza y después de esa hora regresó a su domicilio.
Señaló ante el Ministerio Público un lugar de la casa en donde consumió un cigarro de mariguana, en donde la autoridad encontró restos de esa droga.
El joven declaró que asesinó con una barra de acero a su hermano Geovanni, a su hermana Mariana y posteriormente hizo lo mismo con el menor de nombre Jonathan, sin motivo alguno y bajo el influjo de la droga y el alcohol que consumió durante el día.
Mario Alberto dio positivo en consumo de mariguana y cocaína en un examen toxicológico que se le practicó.
Alrededor de las 23:00 horas, María de los Ángeles Vidaña Madrid, la madre, llegó a la vivienda trasladada por un compañero de trabajo después de su jornada laboral en un comercio de la sindicatura de El Dorado.
Al parecer, su hijo Mario Alberto la esperaba en la sala de la vivienda y al entrar fue golpeada con una pala en la cabeza y se dio a la fuga.
A su vez, Gabino Coyotl Martínez, esposo de María de los Ángeles y padre de los tres menores asesinados y de Mario Alberto, fue detenido en la comunidad de Paciutla, municipio de Pahuatlán, Puebla.
El miércoles de la semana pasada, María de los Ángeles y sus hijos Mariana, Jonathan y Geovanni, de 16, 13 y nueve años de edad, respectivamente, fueron encontrados sin vida en su domicilio en el ejido San Manuel, sindicatura de El Dorado.
El Ministerio Público integró la averiguación previa 148/2011 y Mario Alberto Coyotl Vidaña es acusado de ser el probable responsable del delito de homicidio doloso agravado.
(EXCELSIOR)
                                   Terror en Eldorado, Sinaloa
 Culiacán, Sin.- Un convoy conformado por al menos siete camionetas, todas con letras “Z” pintadas en los cristales, recorrieron la noche de este sábado 29 de Octubre algunas calles de la sindicatura de Eldorado.

De acuerdo a las versiones de habitantes de ese poblado, en las unidades motrices viajaban sujetos fuertemente armados, quienes después de circular por distintos lugares dejaron una “narcomanta” en la cual alertan a la población de una serie de ataques que se van a llevar a cabo en lugares públicos.

El convoy luego de colocar la manta salió del poblado y enfiló con rumbo desconocido.


                                                                    NOVIEMBRE 2011
                                              
                                               DICIEMBRE 2011